miércoles, 10 de septiembre de 2008

Requiem por el Negrito

Vi la noticia por la tarde poco después de comer, el reportero hablaba como sí se tratara de algo que pasa todos los días, algo sin mayor importancia, una noticia cuya única función era llenar huecos informativos que se producen todos los días por la acción de los censores televisivos. Pocos minutos después sonó el celular, "¿ya supiste?" dijo la voz de un amigo, claro que sabía pero esperaba que se tratara de otra cosa, "¿que?" pregunté y mi voz me pareció ridícula, como si tratara de esconder algo enorme, él no lo notó. "Se quemó el negrito" dijo con tristeza.
El negrito era un centro botanero donde bebí muchas cervezas con buenos amigos, donde mi novia y yo dejábamos los caldos de panza y la mojarras fritas tenían dos cabezas, donde una vez nos sacaron a empujones por míseros 5 pesos, en fin un lugar de esos que vas llenando de recuerdos.
Al otro día aun sacaban las cenizas del lugar, que diferente se veía sin la rockola, las mesas y los meseros peleando entre sí por los clientes o metiendo a escondidas a los muchachos de prepa. Permanecí un momento contemplando las ventanas rotas y las paredes negras, con la esperanza, tal vez infundada, de que pronto pudiera asistir a la reapertura y que ese día la chela estuviera al dos por uno

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