lunes, 16 de marzo de 2009

Las dos primeras semanas de marzo

Es un día de descanso, por primera vez en un rato tengo un lunes para estar cómodamente en mi casa, lo cual es un decir, descansar en mi casa es un imposible. Por un momento recapitulo las semanas pasadas, me doy cuenta que mi último post como tal es de hace varios meses. Creo que empezaré por la sensación extraña que me ha dejado este marzo, en especial las últimas semanas.
Hace poco se aprobó en puebla (sí, lo pongo sin mayúscula, esa puebla no se merece la inicial) la ley de la familia, con lo cual se cierra la puerta a cuestiones tales como las sociedades de convivencia, el aborto y la eutanasia. La única forma de familia es (según los senadores) la constituida por mujer, hombre y niños, sólo les falto terminar el edicto con un amén.
Por otro lado me vi obligado, en mi carácter de docente, a asistir a un curso en la uap. Donde, entre otras bellezas se habló de cómo la escuela debe combatir el consumismo salvaje, enseñarles a los alumnos el valor del humanismo, sensibilizarlos a la vida artística (ptffffff). Todo muy bien hasta ahí, bonitas palabras por lo menos. Pero nunca se habló de que va a pasar si esos alumnos dejan de pagar su colegiatura, y de cómo ese simple hecho, pagar por la educación lo convierte en un bien y en un producto más de consumo. Pero bueno tenían una buena idea, pedir a ayuda a las grandes instituciones de la sociedad para corregir los males que aquejan a la juventud; el hedonismo y el nihilismo, (ahí sí me moleste) y quién mejor para tal propósito que… la iglesia, al igual que en el párrafo anterior sólo falto terminar con un amén.

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