martes, 18 de agosto de 2009
(Sin) Sentido
Cuando el resorte de la cama se acomodó, produjo una vibración que él sintió en el pie, entonces supo que todo estaba en orden. Que el reloj, con su ruido monótonamente centenario, se encontraba supeditado a un orden universal en intima relación con la respiración de la mujer dormida a su lado. El ruido de la calle y cada segundo en que el semáforo cambiaba de color, relacionados con los pasos que había tardado esa noche en llegar a casa. Todo tenía una razón, era parte de un todo maravilloso. De un sentido que escapaba a él. Por lo tanto, todo lo que acababa de hacerle a esa mujer, era parte de los titulares que aparecerían al otro día, de la psicosis necesaria de la ciudad, en fin, del supremo orden.
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3 comentarios:
A Deyanira le gusta esto.
Gracias por los sonidos incluidos en tus letras.
Un beso.
Leerte es un gran deleite...
Gracias por compartir.
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